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2.9.16

Laura Vicuña Pino


La juventud está viviendo tiempos difíciles donde están enfrentados a múltiple
elementos disuasivos que le muestran caminos fáciles y cantos de sirenas que atraen como cuentan las leyendas de navegantes en épocas antiguas...La sociedad les atrae ofreciéndoles un mundo tecnológico donde hay que tener dinero para lograrlo.

   En esto caen los grupos económicos, las compiraciones, las colusiones donde el mundo pasa a ser propiedad de un reducido grupo de personas y camarillas que lo manejan
todo a su antojos egoístas sin importar la voluntad de los ciudadanos.

  Frente a toda esta encrucijada aparece una figura que debiera ser punto de mira para la juventud en este convulsionado panorama que se está viviendo en el mundo donde existen muchas guerras, pedofilias, drogadicción,es decir, sería largo tratar de hacer una lista de aberraciones que se esta enfrentando la sociedad en este momento donde estan insertos la juventud en este momento es como andar en la selva sin saber que de un momento a otro le  asecha cualquier peligro... Es aquí donde la juventud,sin ser ñoños, debieran tener como ejemplo una jovencita que llegó a los altares que debiera ser Santqa Laura Vicuña.



 Laurita Vicuña, Nació el 5 de abril de 1891. Fue la hija primogénita del matrimonio integrado por José Domingo Vicuña y Mercedes Pino. Él era un militar que procedía de una familia noble chilena; ella, pese a poseer todas las características de una esposa ideal,no era del pleno agrado de la familia de su marido, debido a su origen humilde.

  Laurita nació en medio de una nación dividida por la política. En enero de 1891,
la Patria se encontraba en una guerra civil, en la que se buscaba derrocar al gobierno
del Presidente José Manuel Balmaceda. Este propuso como su sucesor a Claudio Vicuña,
pariente lejano del padre de Laura.

   Sin embargo, Vicuña nunca accedió al poder, ya que sus adversarios ganaron la guerra.
Una vez terminada la confrontación, toda la familia Vicuña fue perseguida, obligando
a Domingo a refugiarse y buscar rutas al exilio. En 1894, luego del nacimiento de la
segunda hija del matrimonio Vicuña Pino, Julia Amanda, el padre murió, dejando a
Mercedes Pino y sus hijas en medio del más absoluto de los abandonos, sin horizontes
y con el peligro cierto de llevar el apellido Vicuña.

Enfrentada a esta difícil situación, la madre de Laurita decidió buscar refugio en Argentina,
al igual que muchos compatriotas para los que la Patria había dejado de ser un lugar seguro.

Mercedes Pino buscó trabajo en Argentina para pagar los estudios de sus hijas, y se ubicó
en las proximerías de Neuquén, en la estancia de Quilquihué.

Manuel Mora, el dueño de la estancia, no tardó en fijar sus ojos en Mercedes. Sin desear
convertirla en su legítima esposa, Mora presionó a Mercedes a través de sus hijas,
ofreciéndole ayuda económica para que ellas pudieran estudiar, a cambio de su atención.

   Laurita ingresó al colegio de Las Hijas de María Auxiliadora, perteneciente a la
Congregación Salesiana, donde conoció realmente su capacidad de amar a Dios.

El ejemplo de la religiosas, junto con lo que había escuchado de su padre -que era
un hombre muy bueno, muy noble y que ella se le parecía mucho- fueron una muy
importante guía para el desarrollo posterior de la niña."Dios mío, dame una vida de amor...."

En el colegio de Las Hijas de María Auxiliadora, Laurita hizo su primera comunión,
el 2 de junio de 1901, ocasión en que manifestó su vocación de amor a Dios y su deseo
de servirle siempre, llegando incluso a expresar que prefería la muerte a ofenderlo con el
pecado.

Laura tenía solo 10 años, pero ya demostraba una madurez en la fe, extraña para su edad:
"Dios mío, dame una vida de amor, de mortificación y sacrificio", escribió en
su libreta de anotaciones. Ruega por su madre
 Dado ese alto grado de madurez, no es de extrañar que la pequeña Laura
comprendiera a la perfección la situación que estaba viviendo su madre, y lo alejada
que ella se encontraba del Señor. Esto la llenó de inquietud y ansiedad, por lo que le
rogaba a Dios todos los días por la salud del alma de su madre, pidiéndole que no la
abandonara y le diera las fuerzas necesarias para dejar a Manuel Mora.

  Si bien Laurita era una niña muy querida por todo el mundo, muchas veces su
compañeras no comprendían su actitud de constante entrega y sacrificio, llegando a
pensar que se creía superior al resto. Nada de esto importaba a la niña, que prefería
pasar sus recreos orando en la capilla por su familia, particularmente por su madre.
Atacada por Mora

Mercedes Vera fue su mejor amiga, y quien la acompañó durante los años con Las
Hijas de María Auxiliadora . Con ella la niña compartió todos sus deseos, y fue con ella
también, que se hizo Hija de María para tratar de asemejarse a la madre de Jesús en sus
virtudes. Durante el período de vacaciones escolares, encontrándose con su madre y su
hermana en la hacienda de Manuel Mora, Laurita sufrió en dos ocasiones el ataque
violento de Manuel. Él no comprendía por qué no le era posible doblegar la voluntad
de esta niña como lo había hecho con la madre. Como castigo, y buscando minar la
fortaleza interior de la niña, Manuel Mora decidió dejar de dar el dinero para los
estudios de las hermanas Vicuña.Continúa estudiando
Pese a la actitud de Manuel Mora, las Hermanas de María Auxiliadora permitieron que
Laurita continuara sus estudios con ellas.

Atormentada al comprender lo que debía sufrir su madre, y lo imposible que le sería ver
a Dios mientras se mantuviera en esa situación, Laura Vicuña decidió que no había hecho
todo lo posible por ayudarla, que no había dado la muestra total de su amor por ella.
Ofrece su vida Recordando la sentencia de Jesús: "No hay muestra de amor más grande que el dar  la vida por sus amigos", Laurita decidió hacerle un ofrecimiento a Dios: "Mi vida por la suya". La palabra de Laura fue escuchada y una lenta enfermedad comenzó a consumir su salud. Con ocasión de una visita de su madre, tuvo un nuevo altercado con Mora, quien terminó golpeándola furiosamente hasta dejarla gravemente herida.

Tras un penoso período de enfermedad, Laurita Vicuña Pino murió, pero no sin antes haber
revelado a su madre la razón de su enfermedad, y cómo había ofrecido su vida a Dios para
que ella volviera a vivir en el amor del Señor.Un modelo para la juventud.

Mercedes Pino madre, consternada y arrepentida, le prometió a Laurita abandonar a Mora
y seguir el camino recto de Cristo. La niña murió el 22 de enero de 1904, sin haber cumplido aún los trece años. El 3 de septiembre de 1988, el Papa Juan Pablo II la declaró beata y la presentó como un modelo para la juventud, mostrando con esto que la santidad es posible en una niña de solo 12 años.