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6.4.20

Originarios americanos



Gran reflexión sobre la vida; sin lugar a dudas unas directrices para tomar el buen camino.

La reflexión profunda, sincera de Arturo Pie grande de la «tribu de los Taitas» nos recuerda que la vida debe ser simple, que debemos respetarla, amarla y ser buenos y sinceros con nosotros mismos.

Por qué… Cómo Arturo nos dice en este vídeo, hay que pensar con el corazón y sentir con la cabeza.

Os animamos a reflexionar con el vídeo; meditemos y hagamos nuestras, las palabras que Arturo Pie grande nos regala.



   En América se ha relegado de manera lamentable a los originarios de estas tierras. Desde Estados Unidos hasta Argentina, los indígenas forman una minoría en condiciones lamentables. Son tratados como extranjeros, como invasores de la realidad urbana y permanecen aislados de los demás. Pasan desapercibidos y son ignorados. Su origen es motivo de burla. Desdeñan sus atuendos, ropas, cultura y tradiciones. Piden limosna en las calles, viven en chozas donde se envenenan con el fogón de la leña, venden pulseras o aretes a precios risibles, lo vemos a diario y lo ignoramos. No nos interesa, no nos afecta. Sin embargo, su realidad es aún más difícil. A lo largo de 500 años, en América Latina los pueblos indígenas han estado cerca de su exterminio. Además de vivir bajo el yugo de la corona española y perder sus tierras, su religión y hasta sus tradiciones, a lo largo de los años, los pueblos mestizos también acabaron con los indígenas.

Como parte del mestizaje, la población que tener más sangre española que indígena, nadie pretendía ser llamado “indio patarrajada”, no deseaban ser comparados con los más bajos, morenos y con quienes tenían una lengua diferente, porque lo que era parte del continente americano se convirtió en lo exótico y diferente. Según el antropólogo brasileño Darcy Ribeiro, en el momento en que los conquistadores europeos arribaron a América existían en el continente aproximadamente setenta millones de nativos. Un siglo y medio después, de acuerdo a la misma fuente, sólo había unos tres millones y medio de indígenas. Los genocidios de múltiples países hacia sus poblaciones indígenas han sido numerosos, aquí algunos casos.
  Argentina y Chile
Son una realidad la existencia de tribus indígenas en muchos países sudamericanos. Uruguay, Paraguay, Argentina y Chile se han encargado de extinguir a sus poblaciones aborígenes. En Argentina, por ejemplo, sólo existen unas treinta comunidades indígenas compuestas por aproximadamente una población de 600 mil hombres y mujeres.
 Entre 1878 y 1885 se llevó a cabo la Guerra del desierto, en la que el gobierno de la República  Argentina exterminó pueblos amerindios como los araucanos y tehuelches. Julio Roca fue el general encargado de la misión y después se convirtió en el presidente de la nación.

  El exterminio sistemático de los indios fue una operación cuyo objetivo final era vender las tierras indígenas. Según su lógica, una hectárea de territorio mapuche valía 0.15 pesos, después de la guerra, ésta se vendería a 400. Se masacraron a los indígenas de manera sistemática, se emplearon armas químicas, aeroplanos, biplanos y técnicas de humillación. A los heridos los degollaban con sables, les cortaban las orejas, testículos, penes o pechos.
Hoy, en Chile sólo existen tres pueblos indígenas: Mapuches, Huiliches y Aymrara. Después de la independencia de Chile, en 1861, comenzó un proceso llamado “Pacificación de la Araucanía” que consistió en la invasión pacífica, y no tan pacífica, de los territorios indígenas que posteriormente les serían arrebatados en un 95%.
  5 millones de hectáreas que pertenecían a los Pueblos Originarios del sur de Chile, fueron obsequiadas a inmigrantes españoles, alemanes, franceses, italianos, ingleses o suizos. En 1901, cada familia inmigrante tenía unas quinientas hectáreas de tierra.

Españoles tratando de persuadir y someter a los  verdaderos dueños de la tierra en Chile.
El pueblo Selk’nam también sufrió en 1880. Cuando se descubrió oro en la isla de Tierra de Fuego, muchos colonizadores llegaron a esta tierra. Mercenarios como Julius Popper masacraron a la población nativa, y aquellos que lograron escapar, provocaron conflictos entre las tribus. Los criaderos de ganado de inmigrantes despojaron a los pobladores de su única fuente de alimento: los guanacos, y fue entonces cuando la mayoría de la población tuvo que robar ovejas para alimentarse. 

La familia de colonos Menéndez Behety, dedicada a la crianza de ovejas, ordenó a su capataz , McLennan y su gente, ejecutar a miles de indígenas. Esta familia no soportó el robo de bovinos y por cada par de orejas o seno, le daba al ganador una libra esterlina; y media libra por cada oreja de niño. Tras observar aborígenes sobrevivientes vagando sin orejas optaron por cotizar más alto las cabezas, testículos y órganos vitales de los verdaderos dueños de la tierra.
Según la historia oral contada por muchos campesinos y pobladores urbanos sobre  acontecimientos, a través de diversas versiones, contadas  por las tropas españolas que se apropiaron de sus tesoros,y  saqueados debido a las artes de sus sacerdotes, se enterraron con el oro en el fondo de las lagunas de altura y en el interior de los cerros, Allí viven desde hace quinientos años, en palacios dorados y periódicamente salen a la superficie donde pueden tener contactos esporádicos, con gente de la actualidad. Son los encantos del altiplano. Su apariencia es dorada, o al menos amarilla brillante. Se trata de diversas apariciones, unos pollitos que desaparecen apenas alguien se acerca, o un niño que brilla y juega con otros del presente, y también se esfuma cuando algún adulto se aproxima, muchas veces como un hombre andrajoso y sucio, descuidado,el oro que lo constituye. Necesita salir periódicamente al mundo de hoy a comprar tabacos y aguardiente para aliviarse del intenso frío de sus habitaciones.