Històricacamente el hombre cazaba por subsistencia o sobrevivencia familiar o de la tribu o grupo, pero hoy lo hace por deporte, es asì como hemos acabado con algunas especies de la faz de la Tierra.
La especie humana ha practicado la caza desde la prehistoria, era la primera y principal ocupación de los hombres. Se considera que los primeros grupos humanos utilizaron un sistema de caza, pesca y recolección el cual fue muy eficiente para garantizar el poblamiento del planeta. Se estima que más del 80 % de los grupos humanos en la actualidad son herederos de este modo de producción basado en el desarrollo de incipientes tecnologías y técnicas primitivas de recolección, cacería y pesca.
El humano comenzó a cazar para subsistir, y así sigue siendo actualmente en muchas partes del mundo. La caza de subsistencia es aquella actividad que se realiza con la finalidad de obtener proteína animal o subproductos de caza para satisfacer las necesidades propias de los grupos humanos ligados a zonas rurales donde la disponibilidad de especies cinegéticas es alta.
El ejercicio de la caza se refleja en textos religiosos y mitológicos. Por ejemplo, la Biblia dice que Nemrod nieto de Noé era cazador. Ismael, hijo de Abrahan y de Agar, se distinguió en este ejercicio. Esaú vendió su herencia a Jacob por un plato de lentejas al llegar hambriento de la caza. David fue cazador.
Caza en la Antigua Grecia
La mitología griega nos representa a Diana como la divinidad de los cazadores. Quirón, que cuidó de la instrucción de la mayor parte de los héroes de la antigüedad, fue instruido por Diana en el arte de la montería. La misma atribuye a Pólux la gloria de haber enseñado o adiestrado los perros en la caza; y Cástor introdujo los caballos en la caza de los ciervos.
En Roma solo los esclavos y la gente de baja extracción eran los que iban a la caza, a pesar de que consideraron esta ocupación como un ejercicio honesto. Pompeyo, vencedor en las regiones africanas, se entregó entre estos pueblos a los placeres de la caza.
Los francos después de la conquista de las Galias encargaron a los locales el cultivo de las tierras y se reservaron para sí la caza, que pasó a ser entre ellos un ejercicio noble.
La caza era antiguamente permitida a todo el mundo. Los romanos no habían formado todavía de ella un punto de jurisprudencia. La ley Sálica contenía ya algunos reglamentos relativos a la caza, pero no coartaba en nada el derecho natural de esta. Poco a poco se fueron introduciendo leyes y formando reglamentos para el ejercicio de ella, no permitiendo en ciertos países el dedicarse a cazar sino a la clase distinguida de la sociedad.
El instinto de caza tiene origen remoto en la evolución de la raza. El instinto cazador y el de lucha se combinan en muchas manifestaciones. [...] Puesto que el afán sanguinario de los seres humanos es una parte primitiva de nosotros, resulta muy difícil erradicarlo, sobre todo cuando se promete como parte de la diversión una pelea o una cacería.
El Hombre es un animal màs, compite con sus congèneres por supremacia.
La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución en contra de la comercio ilegal y caza de especies animales en peligro de extinción.
propuesta por los representantes de Gabón y Alemania; secundada por más de 70 naciones.
El documento pide a los Gobiernos de los países miembros "tomar medidas eficaces para prevenir y combatir" este tipo de actividades, especialmente en África y Asia, donde se acostumbra la utilización de partes de animales en peligro de desaparecer.
A su vez exige endurecer las medidas "para que el comercio ilegal de especies protegidas de fauna y flora salvajes sea visto como un grave delito del crimen organizado". Pide también incrementar la cooperación internacional para erradicar este flagelo.
Esta votación surge tras la polémica desatada tras la muerte de un león protegido en una reserva de Zimbabue a manos de un cazador estadounidenseSe estima que anualmente son asesinados unos 30 mil elefantos en el continente africano para mantener el mercado ilegal de marfil, especialmente en países como Kenia, Tanzania, China, entre otros.