Madre Irene
Madre Domnina Irene García de Prado, para los pobres, los abandonados y los enfermos, es sencillamente “la Madre Irene”, la monjita de Molina(Comuna de la Región del Maule-Chile), quien recoge a los cientos de “caídos en el camino de la vida”.
La madre Irene es una persona que desde que nació, desde muy niña, solo quería ser eso “monjita”, se consagró a la vida religiosa muy joven (15 años), a los 18 años hizo los primeros votos, a los 23 la profesión perpetua en el año 1951. Entre tanto hizo estudios de enfermería, recibiendo el titulo de Enfermera en la Universidad Complutense de Madrid, en España. Poco tiempo después (dos años) fue destinada a Bilbao, al prestigioso “Sanatorio Bilbaíno” para ser ayudante de cirugía con el famoso Doctor Eusebio García Alonso. Además se encargo o le encargaron la dirección de la clínica, y la administración de la misma, cargos que ejerció durante 14 años al lado del famoso doctor García Alonso y tres años mas para hacer la ampliación del Sanatorio hoy existente, cuyas obras también superviso ella.
Terminadas las obras de la ampliación del Sanatorio, pidió a su M. General, la Madre Sagrario Olarte, permiso para ir a hacer una experiencia con la Madre Teresa de Calcuta, a lo que la Madre le respondió, “si quieres pobres, ya la vamos a mandar a Chile”. Así fue como el designio de Dios estaba en el plan de que vendría a Chile.
El 5 de Noviembre de 1970, cuando tenía la Madre 43 años llego a su nuevo destino en la ciudad de Talca, Chile, con el cargo de Superiora de la comunidad. Su Madre Superiora le había dicho “Si quiere pobres vaya a Chile”. ¡Vaya si encontró pobres!
Los que podemos recordar aquellos años, las poblaciones de Talca, Hermanos Carrera, Brilla el Sol, etc., y ni un solo puesto de Gobierno para hacer una pequeña curación, todos tenían que ir al Hospital Provincial. Nos cuenta la Madre, el impacto que fue para ella, ver el tremendo desamparo de la pobre gente. (No pudo hacer muchas fotos no tenia con que)
La Madre se dio a la tarea de poner pequeños puestos de salud o policlínicos donde la gente pobre pudiera acudir a colocarse una inyección o curarse una herida. Puso en las poblaciones marginales, tres policlínicos y su propio consultorio en la calle 4 Oriente donde ella residía, que como superiora no podía dejar la comunidad sola.
Tuvo suerte porque había cuatro Hermanas tituladas de Paramédicos y de la cruz roja, entonces le fue fácil hacer algo tan hermoso, como insertarse en la Población Hermanos Carrera y en la Población Santa Ana, Villa Aurora y llegar hasta donde los mas pobres lo necesitaban.
También saco tiempo para ir a las sedes de las Poblaciones, o a las Parroquias y dar cursos de Enfermería casera, para como debían atender a los niños, limpieza y demás. Nos cuenta, de cuantas familias de hoy son muy distintas gracias a esas pequeñas enseñanzas, de higiene y salud.
En Talca estuvo siete años. De allí tuvo que salir, para cumplir con las normas de la congregación y como en ella andaba la experiencia de siete años entre los pobres, y para los mas pobres, aconsejada por Monseñor Carlos González y otros Obispos y Sacerdotes, deja la seguridad de la congregación a que pertenecía y se dedica de lleno a la atención de los seres que nadie quiere, que repugnan, que dan asco, pero que son amados de Dios, porque son enfermos a veces del alma y del cuerpo.
El 24 de Abril de 1978 llegó a Molina con la Hna. Eloísa, que también quiso dejar la congregación, para seguir el mismo llamado que la Madre.
Un buen día Monseñor Carlos González Cruchaga, Obispo entonces de la Diócesis de Talca, fue a visitarlas y celebro la santa misa en una habitación diminuta. Allí sin mas preámbulos les dijo: “Madre Irene, ¿Por qué desde ahora no les llamamos Hermanas del Buen Samaritano? La Madre nos cuenta que sintió mucha emoción. Muchas personas creían que eran políticas y que iban a llenar el pueblo de “pobretería”. Hoy dicen “la Madre Irene sigue los pasos de la Madre Teresa de Calcuta”. Ella dice, “nosotros seguimos los pasos de Jesús el Buen Samaritano y admiramos a la Beata M. Teresa de Calcuta”.
El 17 de Diciembre de ese mismo año Don Carlos el Obispo, presenta a las Religiosas que ya eran tres, al Pueblo de Molina, a la Diócesis, y les considera como gestores de una Nueva Congregación en la Santa Madre Iglesia.
Desde que llegaron el 24 de Abril a Molina no han dejado de ver, curar, acoger a los ya miles y miles de Enfermos pobres de toda clase de enfermedades, casi siempre terminales, el desecho, lo que no quiere nadie, los que no pueden cuidar en sus pequeñísimas casas, y tampoco en los hospitales.
Un día le preguntaron cómo lo hacía para recibir a tanto enfermo desarropado y sucio y ella contestó: “Lo primero… se les baña y luego se les pregunta quienes son”.
Además, del Policlínico, en 1985 se habilitó un Comedor Infantil como una medida para combatir la desnutrición y el raquitismo infantil, muchos de aquellos niños hoy son gerentes de empresas.
En 1987, se trasladan a la actual casa donde mantienen su Casa de Acogida para Enfermos Terminales y un Policlínico externo donde diariamente atienden a centenas de personas que no pueden pagar médico. A ellos les entregan medicinas, cuidados y curaciones totalmente gratuitas.
La comunidad la forman 24 religiosas, además tenemos para el cuidado y asistencia de los enfermos:
- 60 Auxiliares.
- 7 Paramédicos.
- 2 Kinesiólogos.
- 1 Medico de Planta y otro que lo sustituye.
- 2 Auxiliares encargadas de las curaciones en el Policlínico Externo.
- 4 Ayudantes para la preparación del material de curaciones, ver como reponer las vendas, etc.
- 5 choferes para las ambulancias.
- 4 Mecánicos para arreglo de camas, sillas de ruedas y conservación del recinto.
- Carpinteros que hacen todos los muebles en casa.
- Dispensadores de Medicamentos.
- 8 Cocineros.
- 10 Encargados de la ropería y lavandería.
- 2 Secretarias.
Además en cada una de las secciones hay una Hermana como coordinadora
La Madre Irene y Las Hermanas del Buen Samaritano viven de la Providencia, que jamás falla cuando se trata de servir a los pobres. Un ejemplo; el pan de cada día para los acogidos en la casa, como para las religiosas es una donación de los panaderos del lugar y de Curicó, distante a 20 kilómetros de Molina, donde conocen los beneficios que significa la presencia de las Hermanas del Buen Samaritano. La Madre agradece toda donación, porque en la actualidad les cuesta mucho, cubrir todos los gastos que suponen los 230 enfermos ingresados, mas los transeúntes que hay días que llegan a 25 en la noche. El Gobierno ha empezado a darnos algunas ayuditas, pero están lejísimos de que sea algo suficiente, para poder cubrir todos los gastos y hacer un módulo más y no tener que dejar a ningún pobre fuera, de los que se acerquen a pedir ayuda a la Casa Samaritana
Congregacion de Hermanas del Buen Samaritano
Dirección: Calle Igualdad 1482, Molina, Curicó, Región del Maule-Chile
Teléfono:(75) 249 2837 el hogar de las hermanas del buen samaritano de molina, está dedicada a recibir, alojar, alimentar y atender a la salud de enfermos terminales y ancianos en condición de extrema pobreza, este hogar es atendido por la congregación de las hermanas del buen samaritano, bajo la dirección de su superiora madre irene y tiene una capacidad de 320 pacientes, la gran mayoría de la población proviene de los sectores más pobres de la séptima región, destacándose lo sectores de molina y sus alrededores, pero también hay una gran afluencia de enfermos del resto del país tales como: santiago, valparaíso, viña del mar, rancagua, etc.
el hogar de las hermanas del buen samaritano de molina, cuenta con 3 pabellones destinados a diferenciar los niveles de complejidad de sus pacientes internados, el pabellón santa marcela dedicado a albergar a mujeres de menor complejidad (adultos mayores sin hogar, accidentes cerebro vasculares, alzheimer iniciales, demencias seniles, fracturas de caderas, postrados, etcétera), el pabellón santa maría dedicado a albergar a hombres de menor complejidad (adultos mayores sin hogar, accidentes cerebro vasculares, alzheimer iniciales, demencias seniles, alcohólicos, fracturas de caderas, postrados, etc.) y el pabellón san josé que es mixto y alberga a pacientes terminales, tanto con cáncer, accidentes cerebros vasculares complejos, ulcerados, pacientes con patologías respiratorias crónicas severas (epoc, asma, tbc, etcétera), alzheimer terminales entre otros.